Ir al contenido principal

Capítulo 01

Se podría decir que la sonrisa es la característica más bella de una persona, pero, ¿por qué?, sencillo, la manera en la que sonreímos le dice mucho de nosotros a quienes les dedicamos la sonrisa; podemos encontrar desde una sonrisa de amor, hasta una sonrisa que denota tristeza. La sonrisa de amor, de felicidad, de emoción, achica nuestros ojos, a algunos de manera ligera y a otros de manera muy notoria, también podría decir que más de alguno enseña su dentadura al sonreír por alguna emoción que denota alegría; por otro lado, podemos encontrar la sonrisa triste, deprimida o hasta esa sonrisa que denota angustia o dolor, es la sonrisa más notoria, aunque nos esforcemos por ocultar alguna de estas emociones tan horribles, nuestra manera de sonreír nos delata, ¿cómo se cuando una sonrisa no es tan real como se demuestra? Fácil, no mostramos nuestra dentadura o quizá sí pero muy poco, la mayoría de estas sonrisas son a labios cerrados, los ojos no se achican tanto y hasta la misma sonrisa desaparece tan inmediato como su aparición.
Pero, ¿cómo alguien como yo sabia acerca de todo esto? Es sencillo, había dedicado casi toda mi adolescencia a leer todo tipo de libros relacionados a la mente humana, la forma en la que actuamos, la manera en la que nuestros movimientos, nuestra respiración, nuestro comportamiento, daban señales claras de como es que en realidad nos sentimos; todo este conocimiento había sido una bendición y una maldición para mí en algunas ocasiones, ya que, sin siquiera tener la intención de querer hacerlo, siempre terminaba analizando a toda persona que se cruzara en mi camino, sin importar el lugar.
Había analizado a cada estudiante de mi instituto, a cada grupo al que pertenecían, había algunos casos donde notaba cuando solo estaban en ese grupo para ser aceptados aparentando algo que no eran, chicos, chicas, profesores, hasta a la misma directora del instituto, había intentado analizar a todos y a cada uno; no era una tarea tan difícil para mí, casi no tenía amigos y solo entablaba comunicación con algunos compañeros de clase, los únicos amigos que tenía. Eran dos principalmente, Tom y Luka, mis fieles compañeros de travesuras en preescolar, desde ese entonces nunca nos alejamos, siempre noes apoyábamos en todo.
Por cierto, mi nombre es Andrew, tengo 18 años, estoy en mi último año de instituto y vivo perdidamente enamorado de Blue, una dulce chica de intercambio que había llegado hace apenas un año, solíamos hablar muy poco, pero eso no evitaba que me enamorase de ella tan perdidamente como lo estoy ahora, por lo que en un acto de valentía, había hecho una nota diciendo:
 Me encanta verte sonreír 
-A

La cual iba atada a una rosa de color azul, como su nombre en español, también me había dado a la tarea de permanecer en el anonimato, por lo que solo había escrito una simple A, al final de mi pequeña nota, colocándola en su casillero sin que nadie lo notase, mi ventaja era que solía venir muy temprano a la escuela, por lo que los pasillos del instituto estaban vacíos. Tom había sido el dueño de esta ingeniosa idea, aunque al principio no me vi muy convencido por ella, después de pensarlo detalladamente, sin nada que perder mas que mi dignidad o bueno, lo poco que quedaba de ella, me lancé a llevar a cabo la idea que después se había convertido en un plan para conquistarla por medio de mis notas.
Solo rogaba al santo patrón de los burros, para que este plan no fallara y así, poder conquistar a la dueña de mi corazón.

Comentarios